martes, 23 de mayo de 2017

LA IMAGEN QUE PROYECTAMOS DE NOSOTROS




¿Somos como decimos ser?  ¿Somos lo que queremos ser? Reflejar la idea justa que pretendemos proyectar es tan difícil, sobre todo por el tipo de vida contemporánea que vivimos.

Ya lo decía Calderón de la Barca, "La vida es un teatro" en la que cada uno representamos cientos de papeles muy diferenciados, dependiendo del contexto sociocultural en el que nos encontramos. Y entre esos roles se encuentra el de conseguir un puesto de trabajo compitiendo con cientos de aspirantes. Creo firmemente que en los cinco primeros minutos el 50% de nosotros desnudamos nuestra alma al primero que se nos ponga delante ¿Cómo nos sentiríamos si al hablar con un candidato a un trabajo estuviera leyendo una revista cualquiera? Para una primera impresión no hay segundas oportunidades. Debemos ser honestos con nosotros mismos para proyectar también en las redes sociales porque es el escaparate moderno al que incluso las empresas acuden para conocer nuestro perfil psicológico Tenemos, pues, que cuidar al máximo nuestra indumentaria, modales, gestos y palabras. 



Para  concluir, el cuerpo no sabe mentir y podemos incurrir en contradicciones entre nuestras palabras y nuestros gestos. Debemos infundir confianza en los demás a través de nuestra carta de presentación: nuestra imagen.