domingo, 19 de noviembre de 2017

María Albert. 4ºA. La relación entre adolescentes y la tercera edad

Para describir una relación entre dos edades tan distintas y a la vez tan opuestas hay que centrase más bien en otro contexto temporal. En primer lugar, hacer referencia a los años con lo que vivimos la adolescencia que suele ser alrededor de los 15 o 16, y sin embargo la tercera edad sería el caso de mas años ¿no? Pero para sernos sinceros, vamos con lo que realmente es importante. Estaremos de acuerdo en que tanto nuestros mayores como los jóvenes comparten la idea de vivir cada día como si fuera el último, solo que no de la misma forma. Pero sin embargo hay algo en estas personas a las que consideramos mayores, en el caso de los abuelos por ejemplo, que ellos y ellas también han pasado por la adolescencia, obvio que como he dicho anteriormente no de la misma forma ni con los mismos privilegios, pero ha vivido al igual que nosotros esa edad en la que "todo me resbala" y en que me estoy haciendo mayor pero no quiero pensarlo. Aunque pensándolo bien no somos ni Peter Pan ni ningún personaje de cuento o película que no podamos crecer y llegar a ser adultos y tener que pasar a ser responsables de muchas cosas, pero mejor de este tema hacemos oídos sordos y seguimos comportándonos como críos en muchos casos. Por eso nosotros, los adolescentes, no tenemos buena relación con estos individuos a los que vemos aburridos de la responsabilidad que implican, pero no porque no sepan lo que es el Snapchat o el Instagram, si no porque creemos que ellos no conocen nuestra situación de adolescente frustrado ni nuestras movidas o ideas modernas. Pero... Ellos también lo han sufrido y han tenido esas ideas de modernización, solo que con cosas anteriores claro está.

Más tarde, los jóvenes de ahora seremos personas adultas que también sufriremos la adolescencia pero desde otro punto de vista, esta vez será desde fuera, con nuestros hijos y nietos que pensaran tal vez lo mismo que nosotros ahora "¿Y tú que sabes de cómo me siento?" Pero ni la una ni la otra etapa de la vida puede sobrevivir la una sin la otra, si no que tiene que establecerse ese equilibrio de broncas y de mas, que hacen de la vida del adolescente mas frustrada y la vida de nuestros mayores más divertida o entretenida. Para finalizar o terminar con esta serie de argumentos que a lo mejor no sirven para pensar o plantearte lo mismo que yo, o no compartir las mismas idea. Pero me gustaría antes de nada hacer un llamamiento a tu adolescencia, a esos recuerdos lejanos, o tal vez cercanos, y hacerte una pregunta para que reflexiones sobre ella: ¿Cuál fue tu mejor momento en tu etapa de adolescente? y bien ahora...¿Cuál fue tu peor? Y ahora, dicho esto, piensa en tu vida actual, en cómo ha cambiado o en lo que has llegado a ser gracias a tus errores y en como repercute en tu edad adulta. De esta forma estarás de acuerdo con mis argumentos anteriores.

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